En esta historia, los animales encuentran un gran durazno maduro que tenía un aroma muy rico y que parecía delicioso. A todos se les hizo agua la boca – a la jirafa, al cocodrilo, al rinoceronte, al mono, al conejo y a la oruga. Pero, ¿quien se va a quedar con el durazno? Cada uno de ellos tiene una idea diferente para decidir esta cuestión. Usando criterios de comparación de altura, de peso y otros parámetros inusitados, los personajes enseñan a los lectores como colocar las cosas en orden creciente o decreciente.